En cierta
medida, todos sabemos que la práctica de actividad física es saludable, gracias
a que recibimos información de parte de los medios de comunicación; cuando
entablamos alguna conversación con profesionales de nuestra área y también, de nuestros
profesores que nos formaron para ser grandes exponentes y así promocionar la
actividad física, el deporte y la salud. Pero tenemos que considerar que no
toda actividad física es saludable. “Unas
son más seguras y otras comportan más riesgos, unas nos proporcionan más
satisfacción personal y otras pueden resultar una experiencia apática o incluso
traumática”. A partir de esta enunciación, nos debemos plantear la siguiente
interrogante ¿Qué actividades físicas son saludables?
Para
poder responder esta pregunta, debemos considerar tres puntos relevantes: el
tipo de actividades físicas, las diversas formas de realizar las actividades y
por último, las características personales de los ejecutantes.
1. TIPO DE ACTIVIDADES FÍSICAS: Existe un sinfín de actividades que podemos realizar, en cuanto al “ritmo de ejecución, los movimientos corporales, la existencia o ausencia de competición, el medio en que se realizan, y otras características particulares que las hacen diferentes en relación a la intensidad que requieren”. A continuación, en la siguiente imagen, se exponen diferentes actividades físicas para ejecutar, que demandan niveles de intensidad y gasto energético muy distintos, entre sí.
En
definitiva, la actividad física dirigida al bienestar siempre debe adaptarse a
las características de las personas participantes, de ahí que resulte
conveniente conocer las exigencias que requieren distintos tipos de
actividades, y velar en su beneficio y no en su riesgo.
2. FORMAS DE REALIZAR LAS ACTIVIDADES FÍSICAS: Depende esencialmente del ejecutante, si éste quiere realizar las actividades físicas de manera recreativa o bien, competitiva. En el primer caso, predominan los beneficios frente a los riegos. Y en cuanto el participante ejecute las actividades en forma de competición, los riegos predominan frente a los beneficios, siendo riesgos de carácter psicológico, físico y social.
3. CARACTERÍSTICAS PERSONALES DE LOS PARTICIPANTES: Además de conocer los tipos de actividades físicas y las formas correctas de ejecutarlas, debemos considerar al sujeto en sí, sus características personales, definiéndose éstas, como la edad, el sexo, la condición física y la discapacidad.
En conclusión, para que la actividad física
que cada uno realice sea saludable, debemos considerar que deben predominar los
beneficios, antes los riesgos de éstas, y tener en cuenta los tres puntos
relevantes expuestos anteriormente, como el tipo de actividades físicas, la
forma de realizar estas actividades y las características personales del
ejecutante.
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