Sabemos que el movimiento y el aprendizaje son inherentes al ser humano, por eso, el "Juego" también lo es y aunque no lo notemos, lo practicamos desde nuestro primeros meses de vida. Por ejemplo, un bebe de 3 meses con algo tan simple como seguir un móvil con sus ojos o manipular algunos objetos esta desarrollando aspectos lúdicos fundamentales para su desarrollo.
Algunas definiciones, para lograr entender y adentrarnos no solo en la palabra "Juego", sino más bien en la connotación amplia de que tiene el concepto, son las siguientes:
Huizinga: “El juego es una acción o una actividad voluntaria, realizada en ciertos límites fijos de tiempo y lugar, según una regla libremente consentida pero absolutamente imperiosa, provista de un fin en sí, acompañada de una sensación de tensión y de júbilo, y de la conciencia de ser otro modo que en la vida real. El juego es el origen de la cultura”.
Caillois : “La función propia del juego es el juego mismo. Es una característica propia del juego el no crear ninguna riqueza, ninguna obra”.
Schiller : “Quede bien entendido que el hombre sólo juega en cuanto es plenamente tal, y sólo es hombre completo cuando juega. El juego no es un escape de la vida; constituye parte integrante de ésta y permite a todos entendernos mejor y comprender nuestras vidas”.
Lin Yutang : “Lo que define al juego es que uno juega sin razón, y que no debe haber razón para jugar. Jugar es razón suficiente, en él está el placer de la acción libre, sin trabas, con la dirección que el jugador quiere darle, que tanto se parece al arte, al impulso creador”.
El "Juego" para los niños tiene un significado preponderantemente emocional, mientras que para los adultos principalmente racional, por las distintas responsabilidades que vamos adoptando o mejor dicho que la sociedad nos impone y que nos lleva a perder el hábito del juego como parte fundamental de nuestra vida.
"Una persona cuando está jugando se siente libre y en esa libertad se permite unas licencias para consigo mismo, para con los demás y hacia las situaciones imprevistas que es el comienzo de la apertura de esas puertas bloqueadas desde la infancia. Nacemos creativos, nacemos juguetones y la vida, las circunstancias, las “normas” nos van imponiendo poco a poco una forma de actuar “normal”, que bloquea todo ese espíritu lúdico base del desarrollo humano. Jugar no es nada más que experimentar. El niño se permite el juego porque necesita explorar el entorno que le rodea para descubrirse a sí mismo y a los demás. Este juego exploratorio-espontáneo va dejando paso, por imperativos sociales, al juego reglado y a los juegos específicos que limitan realmente la capacidad lúdica. De esta manera vamos cerrando barreras hasta que el adulto tiene totalmente bloqueadas las puertas de la sensibilidad, de la risa, del disfrute natural y evasivo. Cada vez necesita más elementos externos (motivación extrínseca) para hacer frente a la vida cotidiana. Su vida se convierte en una monotonía, en una mediocridad y en ese estado se limita a sobrevivir y hacer de “criticón” (Eugenia Trigo).
El abandono, en mayor o menor medida, de características intrínsecas de los seres humanos, como la risa o el disfrute natural, son las que provocan un alejamiento imperceptible por parte de los adultos del concepto de buen vivir, y que se relacionan directamente con el "Juego", pero que lamentablemente con el pasar de los años pierden importancia por factores intrínsecos como el sedentarismo y por factores extrínsecos como la falta de tiempo, provocada principalmente por las normas que nos rigen. Respecto al tiempo, lo gastamos principalmente durmiendo y en segundo lugar viendo televisión, una actividad que salvo excepciones no trae beneficios para la persona y de la cual si nos hacemos conscientes podemos disminuir e implementar en actividades como las que hemos mencionado anteriormente. De hecho sabemos que la televisión, por estudios que se han realizado últimamente, origina no solamente pérdida de visión, pérdida de oído, sino también una fatiga neuronal que poco a poco provoca una situación de pasividad; perdemos la capacidad de actuar, la capacidad de transformar, la capacidad de hacer, somos elementos pasivos, perdemos la posibilidad que nos ofrece el tiempo libre para ser nosotros mismos.
Como profesores, y principales precursores del "Juego" como parte fundamental del aprendizaje de nuestros alumnos y de la comunidad en general, somos los encargados de incentivar los cambios de hábitos que llevaran a las personas a tener un mejor vivir, además, nuestro deber es investigar y buscar las estrategias para implementar no solo en el ámbito escolar, sino también en el laboral instancias que involucren el jugar. Si muchas empresas realizan gimnasia de pausa para incrementar la productividad y el bienestar de sus trabajadores o muchos doctores innovadores utilizan la riso-terapia, porque no impartimos o creamos cursos enfocados al "Juego" o al juego-terapia que pueden tener mayores beneficios que los programas ya implementados.
"Si el orientador del juego, el director de un juego, es un buen guía de grupo, será capaz de ir haciendo buenas orientaciones con juegos para llegar al juego: “el juego libre liberaliza, el juego orientado ayuda a esa liberación, el juego reglamentado exteriormente no es juego” (Eugenia Trigo).
Esto, trae de la mano un constante perfeccionamiento para lograr ser un ente mediador de calidad que logre el sentido integral del "Juego" en nuestra educandos, pero al mismo tiempo una retroalimentación que nos conduce reciprocamente al sentido amplio del buen vivir.
"Aspiramos
a un mundo en donde cada día se juegue más. Un mundo, en el cual los individuos
usen su creatividad para jugar y en el que jugando sean más creativos.
Sociedades con espacios y tiempos especialmente diseñados para la recreación y
el juego. Niños, jóvenes y adultos, acostumbrados a decidir a “qué jugar” sin
depender del “con qué jugar” (Mauro Rodríguez).
Referencias Bibliográficas:
- TRIGO, E. (1996): La creatividad lúdico-motriz. Santiago: Tórculo.
- TRIGO, E. y colaboradores (1999): Creatividad y motricidad. Barcelona:
Inde.
- RODRIGUEZ, M. y KETCHUM, M. (1992): Creatividad en los juegos y juguetes. México: Pax México.
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